Física de las mascarillas
Hay 4 tipos básicos de mascarillas, clasificadas en función del tamaño del poro: textil, quirúrgica, FPP2 y FPP3. La textil no es estándar y, por tanto, no tiene un único tamaño de poro, la quirúrgica tiene poros de 2 micras, la FFP2 (N95, en nomenclatura americana) de 0.3 micras y la FFP3 de 0.023 micras. En consecuencia, la capacidad de filtración se incrementa 10 veces de un tipo de mascarilla a la siguiente.
De alguna manera, las mascarillas se podrían comparar con un conjunto de tamices de los que se utilizan en geología para hacer granulometrías, es decir, medidas de las partículas de sedimento. Según el tamaño del poro, un tamiz retiene, en orden decreciente, guijarros, gravas, arenas o limo. Es evidente que un tamiz para guijarros no retiene limo, ni una mascarilla quirúrgica retiene partículas tan pequeñas como una mascarilla FFP3. Sin embargo, todas las mascarillas protegen razonablemente bien los virus, aunque la mayoría tienen tamaños de poro superiores. ¿Cómo es posible? Pues porque los virus viajan asociados a partículas de saliva de tamaño variable y porque a aquella escala microscópica entra en acción la electricidad estática. Tal como describió el físico francés Charles-Augustin de Coulomb (1736-1806), la fuerza con que se atraen o se repelen dos partículas cargadas eléctricamente depende de la carga eléctrica y es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. Cuando expiramos o inspiramos, las microgotas de saliva son forzadas a pasar extraordinariamente cerca de los tejidos de la mascarilla y se quedan retenidos por filtración física y por carga electrostática.
Sin embargo, la capacidad de filtración de una mascarilla se reduce con el uso. La mascarilla textil se debería lavar diariamente a 40-60 ºC, y tiene una durabilidad de 25-40 lavados en función del fabricante. La quirúrgica tiene una durabilidad de 4h, aunque utilizada con cuidado se puede aprovechar durante todo el día. La FFP2 tiene una durabilidad de 8h, pero se puede aprovechar durante unos 3 días, y la FFP3, en general, se reserva sólo para el personal sanitario.
Aparte de estas mascarillas, la empresa catalana Mar Màgic ha conseguido homologar una mascarilla con una ventana transparente que permite a las personas sordas leer los labios. Las mascarillas deben entorpecer los virus, pero no la comunicación!