La química del móvil
El móvil es un dispositivo tan poderoso que nos atrae con una química especial. No nos separamos de él ni cuando vamos al baño. Pero su química tiene enlaces más profundos. De hecho, contiene una buena parte de la tabla periódica. El químico ruso Dimitri Mendeleiev la concibió en 1869 al observar ciertas regularidades en las propiedades de los diferentes elementos químicos. Es uno de los hitos más relevantes de la historia de la ciencia no sólo porque describe las piezas fundamentales que componen el Cosmos, sino también porque en su día sirvió para predecir la existencia de elementos químicos que todavía no se habían descubierto. Los elementos más destacables que encontramos en el móvil son el Fe y el C, para el acero de la carcasa, o el H y el C, cuando la carcasa es de plástico (hidrocarburos), el Li para las baterías, el Cu, Ag y el Au para las conexiones eléctricas, el Si para los microchips, el Ta para condensadores, y las tierras raras (Eu, Dy, Nd) para los elementos magnéticos de los altavoces y micrófonos. Algunos de estos elementos como el Au o el Ta, obtenido del famoso mineral llamado coltán, se extraen de minas localizadas en zonas de África donde hay muchos conflictos armados. Por eso es interesante la iniciativa de Fairphone, un móvil justo, que fabrica velando por la sostenibilidad ambiental y social. Y además, vende los componentes por separado para evitar la obsolescencia programanda. Es un móvil con el que se puede mantener una química para toda la vida.