Un tema peludo
Los humanos tenemos alrededor de 5 millones de pelos repartidos por todo el cuerpo excepto en el ombligo, las palmas, las plantas de los pies y las mucosas. En la cabeza, los pelos se llaman cabellos y tenemos entre 90.000 y 146.00. Los cabellos crecen en los folículos pilosos que están emplazados en la dermis. Cada folículo tiene un ciclo que consta de las siguientes fases: anágena, durante la cual el cabello crece ininterrompudamente al ritmo de 1 mm cada 2.5 días, gracias a la actividad mitótica de las células madre, la fase catágena, durante la cual el cabello se despega del bulbo y deja de crecer, y la fase telógena, en la que el cabello se cae. La duración del ciclo de vida de un cabello depende de la zona donde crece, en la cabeza vive de 2 a 5 años, en la barba vive 1 año y las cejas vive 1 mes. En el folículo también hay glándulas sebáceas que lubrican y protegen el cabello, y el músculo erector, responsable de «la piel de gallina». En función de su textura los cabellos se clasifican en lisos, ondulados, rizados y enroscados o afro. Esta textura depende de la sección del cabello y tiene una distribución determinada en los diferentes continentes. Otra característica muy importante del cabello es el color. A pesar de que la gama es infinita se clasifican en negro-castaño oscuro (75-85% de la población mundial), castaño (11%), rubio (3%) y pelirrojo (2-3%). El cabello está formado básicamente por quitina, una proteína incolora. Los melanocitos de los folículos segregan dos tipos de pigmentos que combinados determinan la coloración final. Cuando los melanocitos envejecen, dejan de segregar pigmentos, el pelo se decolora y aparecen las canas. En los hombres con el envejecimiento también aparece la alopecia, que puede mostrar diferentes grados. Finalmente el habitante más destacado de los cabellos humanos es el piojo, un insecto parásito que ha coevolucionado con nosotros desde hace millones de años, y sigue siendo un problema de salud pública a pesar de los numerosos tratamientos farmacológicos.
